lunes, 24 de octubre de 2011

Algunas de mis ideas sobre bibliotecas escolares en el mes internacional

Hoy que es el mes y día internacional de las bibliotecas escolares, se me ocurre celebrarlo simplemente repitiéndome, repitiendo ideas que ya dije en otro momento y lugar y que recojo aquí como homenaje a un pasado de entrega y un brindis por un futuro de enseñanza:

1. Todas las bibliotecas son escolares.


Las bibliotecas están haciendo cada vez mayor el volumen de sus servicios pedagógicos; sean públicas, universitarias o especializadas. Muchas encuentran o buscan sus usuarios entre los estudiantes. Hasta sufren las consecuencias de una avalancha de estudiantes en sus salas -que no lectores-. La concepción actual de la educación permanente a lo largo de la vida evidencia la idea de que todas las bibliotecas deben cumplir un uso escolar.

2. La biblioteca continua o permanente es el futuro de todas las bibliotecas.

Llamo biblioteca continua o permanente a la idea de una biblioteca interconectada que asiste al lector durante toda su vida, escolar, universitaria, pública o de otro tipo. Esto sería así si las bibliotecas se sintieran parte del todo al que pertenecen y que no acaban de ver nunca porque sólo ven su parte.

3. La biblioteca escolar no tiene tanta importancia, lo realmente importante es la escuela bibliotecaria.

La biblioteca es un instrumento y como tal siempre será secundaria respecto al espíritu de una escuela bibliotecaria, una escuela en la que se da clase consultando distintas fuentes, investigando, leyendo, contrastando pareceres y creando nuevos documentos; no es indispensable tener buena biblioteca, lo indispensable es dar la clase en "modo biblioteca".

4. No triunfará ningún nuevo concepto de biblioteca escolar si no triunfa realmente un nuevo concepto de enseñanza.

La biblioteca como centro de recursos para el aprendizaje ha triunfado en la bibliografía sobre bibliotecas pero no lo ha hecho en la vida real porque en la enseñanza no ha triunfado un modelo de consulta de diferentes recursos.

5. La biblioteca escolar debe resolver su complejo de Edipo con la Literatura.

La biblioteca escolar se asocia tanto a la Literatura, se la ha considerado tanto su Madre, que acaba por matar al padre que es la Información. Un amor así debería resolverse sin llegar al asesinato.


Felicidades a todos los bibliotecarios y bibliotecarias escolares. Feliz mes de las bibliotecas escolares. Feliz día.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Por un Proyecto Lingüístico minimalista en el CEP de Marbella

Ayer tuvimos la primera reunión en el CEP de Marbella para hablar sobre asesoramiento en Proyecto Lingüístico. En la zona ya hay varios centros que comenzaron a trabajar en este sentido y desean continuar profundizando este año. Para mí resulta alentador y estimulante poder participar en un proceso complejo con unos participantes tan decididos; los primeros, los asesoras y asesores del CEP de Marbella con quienes me encontré en esta sesión para discutir cómo ayudar en el desarrollo de un proyecto tan complejo en el que se dejan notar demasiado los déficit de formación del profesorado en general ya que hablamos de implicar al claustro en una aventura muy superior a su especialidad y con poca tradición en Andalucía y en España.

Servicio postventa

A veces, algún compañero se ha referido a que los asesores no somos vendedores de libros, o vendedores de formación; bueno, aprovechando esta chanza, no está de más situarnos en el momento en que nos encontramos: el servicio postventa. Efectivamente, los centros ya han adquirido el Proyecto Lingüístico y están contentos con su apropiación, sin embargo, se dan cuenta de que no es una máquina que funciona sola, sino un organismo al que hay que dar vida.
Más de lo que se debería, el servicio postventa es el que falla en la adquisición de novedades. Uno se va a casa con el frigorífico que hace lo que no hacía el antiguo pero luego vienen los problemas con el funcionamiento, el ruido, la instalación, la conservación, el mantenimiento. En la formación ocurre igual, como ocurre en muchos órdenes de la vida. Comentaba un traumatólogo que uno de los mayores defectos de algunos de sus colegas era centrarse en la operación quirúrgica y despreocuparse del proceso posterior de seguimiento y rehabilitación. Poner la cadera del titanio más sólido es una hazaña espectacular cuando no se cuenta lo espectacular que es una rehabilitación para quien tiene un trasto de este tipo metido en su cuerpo.
Pues igual nos ocurre: en ocasiones vendemos novedades pedagógicas que adquieren compañeros y compañeras con entusisasmo, que no sabemos mantener por un inadecuado o inexistente servicio postventa -véase lo que pasa en ocasiones con las competencias básicas-.
Y ojo, que la postventa comienza desde el principio: cómo instalarlo, cómo ponerlo en marcha, como rentabilizarlo, cómo usarlo, colocarlo y protegerlo... Probablemente haya más trabajo en el servicio postventa que en el de venta.
El Proyecto Lingüístico es un buen ejemplo de que sin un servicio postventa, mejor no vender. A veces pasamos demasiado tiempo en recomendar cambios que no podrían desarrollarse si nos aseguráramos de que son sostenibles con éxito.

Minimalismo y síndrome de Estocolmo

Para la sesión prefería prescindir de las diapositivas y centrarme en un listado algo caótico de un documento que estoy preparando en el que hablo de mi idea de Proyecto Lingüístico: los tres tipos de medidas, las reglas para toma de decisiones sobre las medidas adecuadas, las cualidades que debe tener cada medida,  actividades recomendadas, aviso de peligros y no sé qué más que pondré en orden y publicaré cuando pueda más adelante con detalle. El caso es que todo se sintetiza en un conjunto de medidas y nada más. Porque el Proyecto Lingüístico de Centro es eso esencialmente: un conjunto de medidas. Lo demás son preámbulos, exégesis, fundamentaciones, pero no el proyecto en sí. Visto de esta manera, el proyecto puede ocupar escasamente un folio y hete aquí que esto suele concitar la resistencia de quienes se aventuran en ello, porque consideran que un proyecto debe tener un grosor documental considerable para suscitar respeto.
Ocurre -o por lo menos es mi impresión últimamente de algunos encuentros con profesorado- que la tan criticada burocracia por la que se piden documentos -¡papeles, papeles!- ha hecho mella hasta tal punto que el propio profesorado que la criticaba empieza a demandarla en una suerte de perverso síndrome de Estocolmo. Así, cuando explico que ciertos planes y proyectos tienen dos o tres partes, veo miradas extrañas, como si las partes de un plan o proyecto debieran ser quince o veinte, cuando menos diez, para ser un proyecto en condiciones. Y aunque insistas en que el documento es secundario y debe ser sintético, muy pocos se resisten a las largas introducciones, incluso a la cita de autoridades (para mantener lo que todo el mundo mantiene).
Por eso quería hoy mencionar sólo una de las tres reglas que he creído fundamentales: el proyecto debe basarse en la mínima cantidad de medidas posibles dentro de las que tengan el mayor alcance respecto al profesorado. Esto es: mínima cantidad, máximo alcance.
Cuando se redactan o construyen proyectos existe un complejo del cuervo que incita a acumular medidas algunas de las cuales son irrelevantes, tienen poco alcance, no inciden directamente sobre los objetivos o distraen del desarrollo de las medidas que deberían haberse tomado (conviene distinguir entre medidas centrales, no centrales y de apoyo, porque todas las medidas no son estructurales). Las decisiones estratégicas son fundamentales y avisan de que la moderación cuantitativa es una auténtica virtud, tanto que casi podría enunciarse la ley de que es directamente proporcional a la calidad. O sea, a más moderación en la cantidad de medidas, más calidad, no necesariamente más abandono de los frentes de actuación.
Y en esa creencia minimalista andamos procurando que las medidas adoptadas sean muy selectas y sin embargo adoptadas, procuradas y trabajadas con ahínco.
Una oportunidad magnífica para enriquecer el aprendizaje con los centros y formaciones que ya llevo en Córdoba la que me ofrece el CEP de Marbella porque la experiencia de poder seguir la evolución durante un curso, tener acceso a las experiencias de centros diferentes, niveles diferentes y asignaturas y profesorado completamente diferente, es para los que nos dedicamos a la formación del profesorado en este ámbito, una ocasión impagable que desde luego no me perdería por nada del mundo.
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