Para el año que viene, 2014, y la navidad que va, os tengo un fino deseo de orfebre como el andaluz universal que escribió Platero y yo, Juan Ramón Jiménez, con quien sueño que os escribo esta postal para el año centenario de un libro que me marcó por culpa de un profesor que me mandó leerlo y escribir sobre él. Se lo agradezco. Gracias por obligarnos a leer tan dulce y sabiamente. Desde entonces no fuimos los mismos.
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- Navidad
- ¡La candela en el campo...! Es tarde de Nochebuena, y un sol opaco y débil clarea apenas en el cielo crudo, sin nubes, todo gris en vez de todo azul, con un indefinible amarillor en el horizonte de poniente... De pronto, salta un estridente crujido de ramas verdes que empiezan a arder; luego, el humo apretado, blanco como armiño, y la llama, al fin, que limpia el humo y puebla el aire de puras lenguas momentáneas, que parecen lamerlo.
- ¡Oh la llama en el viento! Espíritus rosados, amarillos, malvas, azules, se pierden no sé dónde, taladrando un secreto cielo bajo; ¡y dejan un olor de ascua en el frío! ¡Campo, tibio ahora, de diciembre! ¡Invierno con cariño! ¡Nochebuena de los felices!
- Las jaras vecinas se derriten. El paisaje, a través del aire caliente, tiembla y se purifica como si fuese de cristal errante. Y los niños del casero, que no tienen Nacimiento, se vienen alrededor de la candela, pobres y tristes, a calentarse las manos arrecidas, y echan en las brasas bellotas y castañas, que revientan, en un tiro.
- Y se alegran luego, y saltan sobre el fuego que ya la noche va enrojeciendo, y cantan:
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- ...Camina, María
- camina, José...
- Fuente: http://es.wikisource.org/wiki/Platero_y_yo:CXVI
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