El próximo mes de junio abre sus puertas la que puede ser considerada la primera biblioteca sin libros del mundo, Bexar Bibliotech, situada en San Antonio, Texas, aunque Laura Cole, coordinadora del proyecto, prefiere llamarla simplemente una biblioteca digital.
Una de las paradojas de esta inauguración será que por primera vez tendremos la visión local de una biblioteca digital. Efectivamente, en contra de la idea de la biblioteca digital como una biblioteca exclusivamente virtual, en este caso la biblioteca digital (digital library) sin libros (bookless library) será una biblioteca física, una biblioteca presencial, con lo cual exactamente no es lo que hemos llamado una biblioteca digital normalmente. ¿Cómo deberíamos llamarla? ¿screen library? ¿electronic library? ¿bibliotech? ¿biblioTICa?...
Contará con cien dispositivos de lectura y decenas de pantallas además de proporcionar más de diez mil títulos en préstamo digital para leer en casa igualmente.
La realidad no difiere mucho de lo que esperamos y lo cierto es que quienes más o menos seguimos el asunto no esperábamos menos, como comenté en mi artículo sobre el futuro de las bibliotecas escolares, entre las cuales ya contábamos con el caso de Fisher-Watkins Library, a pesar de que esta fue una biblioteca escolar remodelada de la que quitaron casi todos los libros en papel -aunque no todos- y los sustituyeron por kindle en préstamo.
Una de las predicciones que hice y que veo que se va confirmando con el tiempo es el hecho de contemplar la biblioteca como un entorno socializador, en lugar del entorno aislante del pasado. La presencia de pizarras digitales y muy pronto -creo yo- de otras pantallas de gran formato interactivas harán necesario que el espacio se transforme, igualmente con salas o cabinas que permitan el control visual y el aislamiento acústico si suponemos que el trabajo en equipo será cada vez más asiduo como compete a una organización, la biblioteca, que camina igualmente a crear conocimiento grupal, social y común, el que se consigue con el diálogo y no con el silencio, de forma que esa imagen de la biblioteca tan silenciosa del pasado puede que quede pronto obsoleta salvo que los dispositivos tecnológicos del futuro descubran pronto sistemas de aislamiento y direccionalidad acústica que lo evite, que también parece el caso.
Ya sólo nos sorprendería que llegaran las bibliotecas sin papel y sin pantallas, pero al tiempo. Mientras tanto, podéis seguir a Bexar Bibliotech en facebook.
Una de las paradojas de esta inauguración será que por primera vez tendremos la visión local de una biblioteca digital. Efectivamente, en contra de la idea de la biblioteca digital como una biblioteca exclusivamente virtual, en este caso la biblioteca digital (digital library) sin libros (bookless library) será una biblioteca física, una biblioteca presencial, con lo cual exactamente no es lo que hemos llamado una biblioteca digital normalmente. ¿Cómo deberíamos llamarla? ¿screen library? ¿electronic library? ¿bibliotech? ¿biblioTICa?...
Contará con cien dispositivos de lectura y decenas de pantallas además de proporcionar más de diez mil títulos en préstamo digital para leer en casa igualmente.
La realidad no difiere mucho de lo que esperamos y lo cierto es que quienes más o menos seguimos el asunto no esperábamos menos, como comenté en mi artículo sobre el futuro de las bibliotecas escolares, entre las cuales ya contábamos con el caso de Fisher-Watkins Library, a pesar de que esta fue una biblioteca escolar remodelada de la que quitaron casi todos los libros en papel -aunque no todos- y los sustituyeron por kindle en préstamo.
Una de las predicciones que hice y que veo que se va confirmando con el tiempo es el hecho de contemplar la biblioteca como un entorno socializador, en lugar del entorno aislante del pasado. La presencia de pizarras digitales y muy pronto -creo yo- de otras pantallas de gran formato interactivas harán necesario que el espacio se transforme, igualmente con salas o cabinas que permitan el control visual y el aislamiento acústico si suponemos que el trabajo en equipo será cada vez más asiduo como compete a una organización, la biblioteca, que camina igualmente a crear conocimiento grupal, social y común, el que se consigue con el diálogo y no con el silencio, de forma que esa imagen de la biblioteca tan silenciosa del pasado puede que quede pronto obsoleta salvo que los dispositivos tecnológicos del futuro descubran pronto sistemas de aislamiento y direccionalidad acústica que lo evite, que también parece el caso.
Ya sólo nos sorprendería que llegaran las bibliotecas sin papel y sin pantallas, pero al tiempo. Mientras tanto, podéis seguir a Bexar Bibliotech en facebook.
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