martes, 21 de septiembre de 2010
La Biblioteca de la basura
Fuente de vídeo: BiblioTICando.
Benedito ha conseguido formar una biblioteca con los libros que recoge de la basura. También los dona a bibliotecas públicas. No sólo esto llama la atención, sino su testimonio de cómo los libros de la basura lo salvaron de la vergüenza de los analfabetos. Él recuperó los libros de la basura primero simplemente porque le parecían objetos que no merecían ese destino. Luego aprendió a leerlos, incluso a disfrutar de ellos.
Este vídeo nos habla de más cosas de las que cuenta. Hay dos mundos que la basura conecta, que la basura separa: el del futuro próspero, que puede y quiere prescindir de los libros en papel, porque los considera sólo papel, y el del pasado subdesarrollado (aunque ambos vivan en el presente) que querría apoderarse de esos libros que han dado la libertad y el poder a los prósperos. No es éste el único testimonio de reciclaje, de bibliotecas hechas con la basura de los lectores. Aquí mismo, en este blog hemos visto otros testimonios de bibliotecas que se han nutrido de otras bibliotecas muertas.
Y yo mismo he tirado libros a la basura. Tiré sin miramientos la enciclopedia Larousse que me costó en su época el equivalente a más de 1200 €, y que ya no valía ni su peso en papel. No me dejaron tirar la enciclopedia del centro, más antigua y menos valiosa aún. Tal vez en estos casos el transporte y la búsqueda del lugar donde puedan ser útiles cueste más que un ejemplar nuevo. No lo sé. Sé que los expurgos son necesarios y que no siempre detrás de quien desecha un libro hay un lector inconsciente.
También he recogido libros de la basura, como otras muchas cosas, fruto de mi lado oscuro de trapero aficionado. Saberse en los dos lados también da una perspectiva que evita este populismo enfermizo de la bondad ingenua tan fecuente conforme avanza nuestro siglo (o a mí me lo parece).
Al final uno llega a la conclusión de que hay gentes como Benedito gracias a que otros tiran libros a la basura. Quizás todos hagan falta y todos tengan su razón.
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