miércoles, 4 de mayo de 2011
Emma Bovary y Belén Esteban
Si la Literatura fuera sensacionalista, si la Literatura fuera casi siempre folletinesca, los libros serían así.
Podríamos imaginar un El Quijote sobre el papel cuché: lo raro es que ni el Quijano, ni Sancho ni la Aldonza, serían del gusto físico de los programas rosas, salvo si consiguieran la suficiente caspa.
Visto en el inconmensurable Alessandro Martins.
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