Hoy, día de la biblioteca, quería celebrarlo rindiendo homenaje no ya a la propia biblioteca, ni a sus libros, sino a quienes realmente la constituyen ahora más que nunca, que es su bibliotecaria -son mayoría las mujeres- o bibliotecario.
Gracias a las últimas décadas, podemos ya, además, hacerlo a través de muchas bibliotecarias y bibliotecarios escolares jubilados que se han dejado los años entre mesas, libros, actividades y alumnado.
No puedo dejar de recordar a Julia Aguilar, que convirtió la biblioteca del IES López Neyra de Córdoba en un verdadero centro de conocimiento, particularmente a partir de exposiciones tan notorias como la de los juguetes en la biblioteca escolar, encuentros con autores, o los magníficos tablones y expositores de una entrada presidida por esquemas del plan de biblioteca con todo lujo de colores y notas.
Igualmente, Maribel García Cano, la anterior directora del IES Luis de Góngora de Córdoba, que antes de hacerse cargo de la dirección renovó la biblioteca física e intelectualmente, con reuniones a lo largo del curso en las que consiguió implicar a la mayoría del claustro, a algunas de las cuales, además pude asistir.
Y naturalmente, Montserrat Escorsa, no por estar más lejana en el espacio -el CEIP Sant Jordi de Lleida- menos cercana que las anteriores. No sólo hizo de su biblioteca un verdadero corazón, sino que a partir del blog, vinculó la biblioteca al centro y a las familias y además, tejió ella sola una verdadera red de bibliotecarios y bibliotecarias escolares, que nos asomábamos a los blogs en diferentes puntos de España y que siempre encontramos en ella los más cariñosos comentarios.
¡Cuánto os debemos! Buen motivo para celebrar este día pensar que ya tenemos profesionales en el recuerdo como para decir que aunque quede mucho por hacer, contamos al fin con una historia bibliotecaria escolar impensable hace algunos años. Por supuesto, un recuerdo que además sigue más que vivo, ya que siguen colaborando todavía en esos blogs de la biblioteca escolar, como es el caso de Julia y de Montserrat o en otras actividades y sé que no han dejado en realidad la educación aunque ya no trabajen en la enseñanza.
Me gustaría extender este humilde homenaje a todas las demás bibliotecarias y bibliotecarios que se han jubilado, y cuyos nombres no puedo ahora enumerar con justicia, pero vaya este reconocimiento aunque con algunos nombres, para todos y todas y también para quienes están a punto de jubilarse, como la compañera que en la última reunión de la Red local de bibliotecas escolares de Ciudad Jardín en Córdoba nos decía que no quería jubilarse aunque podía, a pesar de que no sólo era la bibliotecaria escolar, sino la directora y probablemente se ocupaba de otros muchos cargos a los que apenas podríamos denominar. O Ángela Pedraz, bibliotecaria escolar del CEIP Cervantes de Montemayor, de quien he sabido que también está a punto de jubilarse y a quien no podemos sino agradecer y felicitar por todo lo que ha hecho por la biblioteca de su centro y por las demás bibliotecas escolares que siempre han encontrado en su web una fuente de recursos y de vida.
A todas y a todos: felicidades porque este es vuestro día.
Gracias a las últimas décadas, podemos ya, además, hacerlo a través de muchas bibliotecarias y bibliotecarios escolares jubilados que se han dejado los años entre mesas, libros, actividades y alumnado.
Julia Aguilar con alumnado y el poeta Antonio Monterroso
No puedo dejar de recordar a Julia Aguilar, que convirtió la biblioteca del IES López Neyra de Córdoba en un verdadero centro de conocimiento, particularmente a partir de exposiciones tan notorias como la de los juguetes en la biblioteca escolar, encuentros con autores, o los magníficos tablones y expositores de una entrada presidida por esquemas del plan de biblioteca con todo lujo de colores y notas.
Maribel García Cano en la capilla de su Instituto presentado un libro
Igualmente, Maribel García Cano, la anterior directora del IES Luis de Góngora de Córdoba, que antes de hacerse cargo de la dirección renovó la biblioteca física e intelectualmente, con reuniones a lo largo del curso en las que consiguió implicar a la mayoría del claustro, a algunas de las cuales, además pude asistir.
Montserrat Escorsa, premio Espiral de blog de bibliotecas escolares
Y naturalmente, Montserrat Escorsa, no por estar más lejana en el espacio -el CEIP Sant Jordi de Lleida- menos cercana que las anteriores. No sólo hizo de su biblioteca un verdadero corazón, sino que a partir del blog, vinculó la biblioteca al centro y a las familias y además, tejió ella sola una verdadera red de bibliotecarios y bibliotecarias escolares, que nos asomábamos a los blogs en diferentes puntos de España y que siempre encontramos en ella los más cariñosos comentarios.
¡Cuánto os debemos! Buen motivo para celebrar este día pensar que ya tenemos profesionales en el recuerdo como para decir que aunque quede mucho por hacer, contamos al fin con una historia bibliotecaria escolar impensable hace algunos años. Por supuesto, un recuerdo que además sigue más que vivo, ya que siguen colaborando todavía en esos blogs de la biblioteca escolar, como es el caso de Julia y de Montserrat o en otras actividades y sé que no han dejado en realidad la educación aunque ya no trabajen en la enseñanza.
Me gustaría extender este humilde homenaje a todas las demás bibliotecarias y bibliotecarios que se han jubilado, y cuyos nombres no puedo ahora enumerar con justicia, pero vaya este reconocimiento aunque con algunos nombres, para todos y todas y también para quienes están a punto de jubilarse, como la compañera que en la última reunión de la Red local de bibliotecas escolares de Ciudad Jardín en Córdoba nos decía que no quería jubilarse aunque podía, a pesar de que no sólo era la bibliotecaria escolar, sino la directora y probablemente se ocupaba de otros muchos cargos a los que apenas podríamos denominar. O Ángela Pedraz, bibliotecaria escolar del CEIP Cervantes de Montemayor, de quien he sabido que también está a punto de jubilarse y a quien no podemos sino agradecer y felicitar por todo lo que ha hecho por la biblioteca de su centro y por las demás bibliotecas escolares que siempre han encontrado en su web una fuente de recursos y de vida.
A todas y a todos: felicidades porque este es vuestro día.
¡Hombre, Miguel !No puedes olvidar a nuestra querida Mª Antonia, reconvertida en bibliotecaria y una gran trabajadora. Sin acritud en el comentario.
ResponderEliminarYa sé que hay-como tú dices- muchos/as de la misma importancia.
UN ABRAZO
Y que lo digas, José María, por supuesto que no la olvido. En este post me referí tan sólo a las que se han jubilado en 2013 que yo conozca.
ResponderEliminarCierto que debería haber nombrado a María Antonia, nuestra María Antonia, sobre todo por una cuestión personal aunque no fuera de este año, porque con ella fue con quien más trabajé día a día y nos precedió muchísimo antes. ¿Qué sería de la biblioteca escolar del Francisco de los Ríos sin ella, si ella la matuvo prácticamente siempre? Afortunadamente, fíjate, yo nunca sentí su falta allí, porque me fui antes de que ella se jubilara (en ocasiones hablamos con temor de ese fin). Y muchas veces la tengo presente cuando me surge alguna duda sobre ABIES (ella lo sabía todo, todo) o cuando hay que hacer labores onerosas de reorganización o de recuperación, que ella las hacía todas las veces que hiciera falta con una serenidad pasmosa. Así que gracias por la precisión porque es de justicia.
Un abrazo
¡Menos mal que mi dedo índice ha hecho rodar la rueda del ratón!
ResponderEliminarSi no, no veo esta entrada que me ha dejado patidifusa.
Me gustaría volver a darte un abrazo real. Eres un maestro de maestros. Eres una persona encantadora de personas. Eres el compañero virtual y real ... ideal.
Gracias múltiples des de Lleida. Besos, salud y espero seguir en contacto.
Montse: te quiero y te admiro por tu trabajo y por ser como eres con nosotros y con la gente de tu colegio. Era de justicia agradecer al menos lo que nos has dado, que ha sido mucho, y desearte todo lo mejor.
EliminarUn beso