No hay nada mejor para el día del libro que husmear en su futuro y aquí traigo Booktrack, que encontré en una entrada de Joyce Valenza en Never Ending Search. Se trata de un futuro presente que proporciona banda sonora a nuestra lecturas digitales. La plataforma ofrece varios servicios: podemos leer libros en abierto con su banda sonora y regular incluso su velocidad de lectura, o bien, podemos escribir nuestras historias y añadirles la banda sonora. Existe una aplicación escolar que permite tratar las lecturas de clase añadiéndoles música e incluso efectos de sonido, pero como para ello había que registrarse, no la he explorado, aunque parece prometedora.
Su CEO no escatima en esfuerzos para promocionar la idea y no sólo la difunde sino que intenta proporcionar evidencias que demuestran que de esta forma se aumenta la lectura tanto en cantidad (se lee más tiempo) como en calidad (se aumenta la comprensión).
Para mí está claro que como en todas las novedades, la mejoría está en quien la aprecie o en quien considere mermada una lectura en silencio. Para los demás puede ser hasta un estorbo, pero ciertamente, por la idealización a que se ha elevado la música como banda sonora de la vida en este tiempo para realizar cualquier actividad, es muy probable que a alguien le resulte interesante, e incluso necesaria. No olvidemos que el silencio es un deseo casi imposible en muchos casos si no es ocultando el ruido ambiente y a lo mejor esa música que a otros sobra, es lo que le falta al joven para poder aislarse realmente y conseguir la concentración que no consigue con el simple silencio natural.
La idea lógicamente no es nueva. Que la música y la lectura están unidas, o la música y la literatura, bien lo sabemos, ya hice un curso al respecto cuyos materiales recogí aquí y tenemos muestras antiguas no sólo en la literatura oral, sino en la escrita. Recuerdo aquellas Arias tristes de Juan Ramón Jiménez que venían hasta con las partituras o aquella novela de Laura Esquivel, La Ley del amor, que se acompañaba con su CD para escuchar mientras se leía.
La aplicación, que está disponible igualmente para dispositivos móviles, permite y sugiere no sólo añadir bandas sonoras a textos narrativos, sino también a textos expositivos o argumentativos escritos por los esstudiantes, así como buscar o crear bandas sonoras para las lecturas de clase o incluso añadir lectura en voz alta. Toda una panoplia de posibilidades por ver... digo, por oir; bueno, digo, por leer. Bueno, por lo que sea.
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