O me dicen: estoy deseando saber el final.
¿No sabes que el final es la única parte que a veces no escribe el autor?
¿Y si no tiene final? A veces las historias no acaban, se encadenan sin final posible.
Ten cuidado con buscar el final. Tal vez sea él el que acabe contigo.
En realidad sólo se está escribiendo un libro y nunca acabarás de leerlo.
Antes que tú, otros creyeron que la Tierra tenía un fin y lo buscaron...
¿Buscas la justicia poética? Claro, es eso. Quieres justicia al final porque en el Mundo no existe la justicia, la justicia es cosa literaria.
No, no la reparten dios ni los hombres. La justicia la dictan los libros.
(Que ganen los buenos. Los que en el Mundo no ganan. Los que no dejamos que ganen en el Mundo).
A veces me preguntan qué ocurre al final (a veces yo también me pregunto qué ocurrirá al final cuando la historia quede deshojada).
Deberías saberlo- les digo-, ese libro cuenta tu historia. ¿Por qué lloras acaso? Ese libro acaba como todos.
Porque todos los libros acaban en el mismo sitio.
Todos los libros acaban en ti.
¿Qué más crees que encontrarás? Sólo el descanso de tus ojos.
Hazme caso. Al final te darás cuenta de que toda historia es interminable (o casi todas).
buscamos el final de las cosas, de todas, por un instinto animal; necesitamos tener el control las cosas -en general- por pura supervivencia.
ResponderEliminarSi las (buenas) historias de los libros terminasen, serían peor que los telefilmes vespertinos de Antena 3.
ResponderEliminarDe jovencita, leía los finales antes que la historia. No podía resistirlo.
ResponderEliminarA veces, las historias empiezan por el final. Todo es relativo.
Lo que Lu hacía de jovencita, yo también lo hacía, y a veces lo sigo haciendo. La única manera de conseguir leer el resto del libro sin urgencias que me impidan disfrutarla, es leer el final. Esa "trampa" no me estropea la lectura, todo lo contrario.
ResponderEliminarY no hay mayor placer que llegar al final del libro, cuando ya sí lo has leído todo, y lamentar tener que cerrar la tapa y no poder seguir viviendo dentro de sus páginas.
Pero son cosas que sólo me pasan con los buenos libros.
Esos que construyen un mundo, que es mucho más que contar una historia.
Por eso he estado en un kibut con Amos Os, y he sido judía en Polonia , y he vivido en París y Lisboa, conozco los harenes de Marruecos y los bazares de El Cairo, la ciudad de Bahía, el sertón brasileño... mucho más que si hubiese contratado un viaje con una agencia de esas que te lo enseñan todo en cinco días.
Buenas ideas. El tema da para más, sin duda. Esta es una forma de indagar, pero seguiremos... comentando sin fin.
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