A pesar de sus 95 años, Carmen conserva la sonrisa y el encanto que debió enamorar al joven José Ruiz Santaella, el cordobés de Baena con quien se casó y ha compartido toda una vida.
El matrimonio vivió en Berlín entre 1942 y 1944, donde él trabajaba como agregado agrícola de la embajada española. Y fue entonces cuando no dudaron en ayudar a varias mujeres judías, a quienes ocultaron en su casa. Primero fue a Gertrud, la costurera; luego contrataron como niñera a Ruth, y finalmente a la madre de ésta.
Cuando los Santaella se trasladaron a Suiza, perdieron todo contacto con la joven Ruth, con su madre y la señora Neuman. Sin embargo, años después, el testimonio de Ruth sirvió para incluir sus nombres junto al de otros gentiles que ayudaron a judíos durante el Holocausto.
Hoy, Ruth vive en Estados Unidos y aún mantiene contacto con Carmen y una de sus hijas, Margarita Ruiz Schrader, hasta hace poco jefa de protocolo del Ayuntamiento de Córdoba.
Los años pasan, y el ejemplo de Anna Frank y su diario no hace sino acrecentarse. Muchas novelas publicadas en colecciones juveniles abordan el asunto desde distintas perspectivas. Muscha es sin ninguna duda una de las más conmovedoras por basarse en la biografía de un niño gitano adoptado que sufre la crueldad de una política obsesionada con la epidermis.
La época nazi continúa ejerciendo una amarga fascinación literaria. Los éxitos de este año pasado lo corroboran.
El niño con el pijama de rayas de John Boyne ha sido probablemente el mayor éxito de ventas. Gracias a él, vemos el conflicto desde los ignorantes ojos de un niño, hijo de un alto cargo nazi, cuyo final desgraciado transmite la ceguera del holocausto.
Esa misma ceguera se transmite en Maus, basada en la historia del padre del autor, Art Spiegelman, que si bien obtuvo ya en el 92 el premio Pulitzer, ha sido reeditada en español. Un cómic en el que los seres humanos aparecen retratados como animales (los alemanes son gatos y los judíos, ratones) y que está considerado entre los mejores de la historia de este Arte.
Pero la novela que más originalmente ha retratado la época es probablemente La ladrona de libros, de Markus Zusak, una novela profunda y profusamente lírica, plagada de cortas y hermosas digresiones, en la que también hay niños, judíos que se refugian, ignorancia, amargura, y una muerte que no es la protagonista, sino la narradora.
Esta historia, estas historias, como las de la Guerra Civil, constituyen tal vez la más cercana herida de nuestra propia memoria, que a base de recordar, probablemente olvide las tragedias que tiene a su alrededor.
30 de enero, Día escolar de la Paz y la No violencia.
Los libros, dignos de ser leidos, los tres, al margen de listas de ventas,- bajo mi punto de vista al menos-; pero como no se ha mencionado ninguno en español, sobre una guerra española, yo recomendaria " Los girasoles ciegos", a mi me resultó impactante, a la altura de estos -si es que un libro sobre guerra,héroes y antihéroes puede estar a alguna altura
ResponderEliminarBuena elección de relatos.
ResponderEliminar"La ladrona de libros" me gustó bastante. Leer, escuchar, comprender a la Muerte,... curiosa esta narradora, en esta novela.
Isabel, lo tendremos en cuenta cuando hagamos un artículo sobre la Guerra Civil.
ResponderEliminarMontse, coincidimos.