NYT dedica hoy un artículo a analizar las formas emergentes de literatura. Por encima de la gran novedad de los dispositivos de lectura electrónica, se plantean más bien iniciativas de distintas empresas que experimentan con formas nuevas de literatura en los nuevos medios.
Encontramos el caso de Vook, creada por Bradley Inman que la define como una "amalgama digital". Propone libros que mezclan texto y multimedia (vídeos, por ejemplo). Actualmente Vook está en periodo de prueba -y presente en Twitter- con usuarios limitados, algunos de los cuales han comentado que es intrigante, pero que el reto consiste en lograr una transición de medios natural, sin que el "lector" se dé cuenta. Resulta curioso que precisamente hace unos días dedicábamos una entrada a Myebook, un sencillo autoeditor de ebook -libros, revistas- con inserción de audio, vídeo e imágenes.
Otra empresa, Fourth Story Media, ha comenzado Amanda Project, una serie de literatura juvenil -con aplicación para i-Phone- que permite a los lectores participar activamente en su desenvolvimiento creando personajes, resolviendo pistas, añadiendo imágenes...
Con estas innovaciones además pretenden suplir las carencias de la pantalla frente al papel, ofreciendo en la lectura electrónica formas de entretenimiento de ficción que no pueden darse en el papel.
Ya dijimos una vez que más que futuro simple del libro, estamos antes varios futuros, como el futuro del autor, cuyo papel también (todo papel) sin duda se verá remodelado. Los desarrollos ciberliterarios y la participación del público son suficientes para imaginar que más que editores, pronto habrá productores, y más que escritores, guionistas.
Esta nueva literatura es además una nueva literatura electrónica que pretende ser genuina, es decir, hecha expresamente para los nuevos dispositivos electrónicos. Justo lo que ya dijimos pretendía Penguin con We Tell Stories. Y naturalmente, las editoriales tradicionales o advenedizas no olvidan que los nativos digitales, los próximos consumidores de LIJ son los mejores candidatos.
Y ya llevamos formas muy variadas que hemos comentado en estas páginas (¿páginas?): cibernovelas, webnovelas, hiperliteratura... Y hemos acudido a argumentos de autoridad como los de Compagnon, que precisamente ve en la nueva literatura algo que nosotros denominaremos nueva ilustración -la ilustración literal, la de la imagen- y menos imaginación.
¿Alguna conclusión? Obvio que es demasiado pronto, sin embargo, podemos reafirmarnos en la idea de que hoy por hoy este tipo de literatura sigue siendo una forma marcada, y por tanto prontamente agotada por ser una forma intensa, pero no extensa de ficción verbal. Por ejemplo, la interacción, la posibilidad de intervención en la historia por parte del lector puede tener un fuerte efecto en las cualidades positivas de los videojuegos, pero no tanto en la literatura donde es muy fácil que afecte a la suspensión de incredulidad. Un lector puede encontrar entretenido o divertido influir en el final de la historia, pero a pesar de que el final que encuentre sea decepcionante, lo preferiría en la mayor parte de los casos (casos no marcados, los extensos) ya que existe la convención de que la historia es así, tal como se presenta, no tal como uno la inventaría. En cuanto a la mezcla de códigos (verbal, icónico, musical...) es cierto que se trata de una mezcla cada vez más usual y que probablemente se extienda progresivamente conforme los receptores se acostumbren. A pesar de ello, aún hoy el consumo y la preferencia de canales y mensajes separados advierte que el camino para alterar las costumbres puede ser más largo de lo que se cree. Los consumidores suelen ver con verdadero placer un libro pop-up, pero en absoluto, y por muy buenos que sean, piensan o reclaman que todos los libros tengan una versión de este tipo. Los libros pop-up físicos siguen siendo una opción marcada de publicación. Estas nuevas formas de literatura podrían ser igualmente formas nuevas, pero marcadas. Estos mismos consumidores son los que leen el libro por un lado y ven la película por otro y disfrutan de su comparación, habría que ver si disfrutarían igual de su mezcla. En textos informativos (revistas, libros de texto, artículos...) sí que estamos acostumbrados, los mismos blogs son muestra palpable de ello. Por contra, también tuvimos que hablar de los despejadores de pantalla -denominación no sé si bonita como dijera José Antonio Millán, pero sí descriptiva- de una utilidad que retira de nuestra vista todas las múltiples distracciones que la lectura en pantalla suele acarrear, lo cual demuestra que las mezclas no son siempre bien venidas.
En consecuencia, se trata de una literatura del futuro, pero no de un futuro de la literatura, que seguirá explorando formas nuevas y variaciones de las formas tradicionales.
No obstante, y dado que los nuevos medios producirán nuevos cambios, nada asegura que las formas marcadas puedan extenderse hasta hacerse no marcadas. Al respecto, conviene recordar que en lectura de libros NO existen aún nativos digitales y que habría que esperar decenas de años para saber los verdaderos efectos sobre una generación que naciera ya leyendo siempre en pantalla.
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Paleofuturo del libro.
De blog en blog y tiro porque me toca he venido a parar a éste;muy interesante y útil. He enlazado, con vuestro permiso, "Planeta barroco" en mi blog. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Eso me recuerda que aún no he presentado ese especial en el blog y deberé hacerlo dentro de unos días.
ResponderEliminarEn un blog escolar hay que evitar las siglas( como NYT) porque, creo, no se enterarán y pensarán que se trata de un club de carretera. Todos debemos ajustarnos a las normas que marca el contexto.
ResponderEliminarLlevas razón, pero como no es papel, y tiene enlace, pensé que no era mala idea dejarlo así. En papel lo normal es poner la escritura extensa al menos la primera vez junto a la sigla o la abreviatura, pero en escritura hipertextual podemos prescindir. Creo que hasta tiene un efecto de "curiosidad". En contra de lo que piensan algunos (que eliminan los enlaces porque creen que es facilitar el abandono de la página) yo creo que en ciertos casos supone un gancho (además de un vínculo) con el lector.
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