Kindle: libros a toda velocidad

Fuente de vídeos: Vecindad gráfica.


Llaman la atención estos anuncios de la campaña de Kindle, el lector electrónico de Amazon. Por sí mismos dan para mucho análisis: uno masculino y otro femenino (hay cosas que no cambian con el libro digital), con presencia de imágenes sociales de lectores diferentes -aventurero marino él, aérea ella;científico él, romántica ella; música más cercana a lo techno él, música más cercana a la canción folk ella; antifaz él, conejito ella...-.
Pero lo que más sintetiza la idea es, como debe ser en publicidad, el eslogan: libros en 60 segundos (ojo: no en un minuto; no, en sesenta segundos). La velocidad, la disponibilidad no sólo es la baza que juega Amazon, es la baza que pretenden jugar las librerías electrónicas y la que deberían jugar también las bibliotecas del futuro, incluidas las escolares.
Visto así, el libro electrónico, por encima de cualquiera de las ventajas que tenga, triunfará cuando sea efectivamente un producto de nuestro tiempo, el tiempo de la comida rápida, la impaciencia, la inmediatez. Nadie es capaz de aguantar mucho tiempo para llegar a los sitios, para entrar, para contar las cosas: los jóvenes quieren saber sus cosas y comunicarlas rápidamente. Si la lectura digital estaba ganando la batalla del espacio, ahora se plantea muy seriamente que debe ganar igualmente la batalla del tiempo. Los estudiantes, los fans no aguantarán a tener el libro en papel pudiendo tenerlo inmediatamente en formato digital.
Y por eso precisamente, el libro en papel, será cada vez más el reposo, la tranquilidad, la desconexión, el tesoro para guardar, para después.
Curioso que los publicitarios, para contrarrestar la idea de que esa velocidad es tecnológica -que lo es- hayan recurrido a un stop motion, una artesanía del vídeo -por demás, basada en un éxito anterior de un vídeo en Youtube- que rememora lo antiguo, lo soñado, lo sencillo, justo lo que es el libro en papel.