Ha concluido la exposición Amar leer que durante unas semanas ha estado expuesta en la Biblioteca Municipal de Fernán Núñez y como es lógico, han concluido también las visitas del alumnado de los centros educativos. En este caso me gustaría destacar la participación ya que casi ha habido representaciones de todos los centros, y la excelente labor de Juan Jesús, el bibliotecario, que ha enriquecido la visita con un montaje simpatiquísimo sobre la lectura en nuestro pueblo (además de regalar un libro entre los visitantes a partir de un concursillo).
He tenido ocasión de ver la exposición varias veces y de leer sus textos en clase, incluso de ver a los autores de la recopilación -Juan Mata y Andrea Villarrubia- exponerla y recitarla en directo de viva voz. Y me quedo con el recuerdo de todas estas lecturas, especialmente de las de los alumnos y alumnas leyendo los paneles en voz alta al corrillo de sus compañetos, y sobre todo, la lectura del panel que aparece más arriba (puedes ampliar el texto pulsando). Su autora, María Teresa León, habla con un lenguaje vivo de cómo se prohibían libros, de cómo se prohibían lectores (o mejor dicho: lectoras) y cómo una niña se resistía a obedecer y lloraba con un libro de Alejandro Dumas entre las manos (como una Dolorosa). Y me quedo con este recuerdo por el texto, por cómo lo leyeron las alumnas a las que les tocó hacerlo, por la impresión que dejaron en nosotros al oirlo y porque María Teresa León merece esta pequeña reparación tardía y humilde que se le hace, a pesar de que ella ya no pueda oirla ni leerla.
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