El mundo no descansa y las cabezas, tampoco. Después del éxito de nuestros dos resúmenes anteriores (libro frito, la cama libro, bañera de libros, el tabaco libro y los libros poseidos), las tonterías y rarezas han seguido proliferando. ¡Ojo, que algunas tonterías no son tan tontas! (Otras no es que sean tontas, es que son carísimas).
Vamos allá.
Unos de los problemas es elegir la estantería para poner nuestros libros: he aquí una, que no cuesta 900, ni 1000, ni 1100 euros, ni..., bueno, mejor no sigo (en Ikea no la hay, desde luego).
Y si esta puede parecer caótica, no digamos la siguiente (ya ni decimos lo que vale).
Como podéis ver, los números no son ninguna tontería (aunque para algunos parece que sí):
A lo que vamos, que almacenar los libros sale más caro que los libros. Y no sólo hay que preocuparse de almacenarlos, porque la mayoría los almacena ¡para leerlos! Si tú eres de esos, que incluso leen los libros que almacenan, y te gusta leer en la cama, tenemos la solución de tu vida: no más vueltas hacia la mesita de noche, no más linternas, no más velitas de santos: llegó por fin la almohada del lector.
Además es transportable. ¿Quien puede pedir más? Pues sí, hay quien nunca se conforma y pide una buena ayuda para leer en el baño. Pues también hemos encontrado la solución: la papelera atril para esas horas intelectuales.
¿Y qué puede maquinar el ser humano tantas horas, tantas horas leyendo? Pues no puede maquinar más que maquinaciones. Aquí te presentamos los mecanismos móviles más leídos. Observa que en todas y cada una de las máquinas hay libros (¡de soporte!)
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