Encuentro la imagen a partir de Bibliofototeka, que recoge la queja por la reiterada sustración de las gafas a la escultura que la acompaña, la del poeta Carlos Drummond de Andrade, que ahora toma celebridad por una vaca, cosas del destino (un poeta que iba para Nobel).
La escultura se encuentra en Ipanema, Río do Janeiro.
La verdad es que no sé si esto de que las vacas lean es buena publicidad.
Pero para el caso, al menos es buen ejemplo. Al fin y al cabo, no hacemos sino pastar libros. (Ah, y para solucionar la pérdida de las gafas han propuesto ponerle lentillas al poeta).
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Me gusta esta escultura. ¡Por lo menos leen las vacas!
ResponderEliminarAlgún día viajara virtualmente a Lleida.
Obrigado pelo seu amável comentário a propósito do prémio.
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