Acabo de poner entre las presentaciones una dedicada a la educación de las competencias. Estrictamente no es una presentación, en cuanto a la forma -no es una serie de diapositivas-, sino un archivo de texto escrito como un cuaderno de notas (algún día podré hacerlo con tablets pc o similares). Escogí esta forma de presentación para las sesiones que me pidieron en el Centro de Profesores de Linares porque creo que las presentaciones tipo ppt han proliferado en exceso. El hecho de trabajar con un cuaderno para anotar como expliqué a los asistentes, no pretende sólo recoger las aportaciones del ponente y de los asistentes, sino implicar más a los asistentes en la tarea. El que escribe (y además lee en un texto cercano), recuerda mejor que aquél que sólo piensa o sólo dice la idea oralmente. Es bueno aclarar esto porque los asistentes a veces ven con desesperación la acumulación de papel y piensan que esos materiales se dan sólo para ser conservados. Con los cuadernos que hice no pretendía que conservaran sus anotaciones, sino que dentro del poquísimo tiempo del que disponíamos, anotaran sus ideas en la intimidad de su cuaderno y sin la intimidación siquiera de los demás. Además el cuaderno no se trabaja de la misma forma en todos sus apartados. Los distintos tipos de letra y disposición se utilizan para afrontar la tarea de formas diferentes: lectura silenciosa, expresiva o cooperativa, anotaciones previas, anotaciones de resultados, elecciones entre opciones, etc.
De la educación de las competencias me preocupan varios aspectos: primero, que suele quedarse en un cambio nominal; segundo, que suele excederse en una enumeración atómica de habilidades; tercero, que pueda entenderse como una educación puramente laboral.
Ya veremos. Por lo pronto vuelvo a Linares en un mes para hablar de nuevo sobre el tema con otros compañeros y compañeras.
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