Aunque las bibliotecas cada vez más incluyen en su colección materiales no librarios, los videojuegos aún suscitan reticencias, al menos más que la música o el vídeo. Casi habría consenso en admitir y fomentar la presencia de viedojuegos educativos, que realmente son un material de innegable utilidad. Sin embargo, ¿qué hacemos con los otros juegos?
Aprendiendo con los videojuegos (visto en Libro de Notas) es una experiencia subvencionada por EA (empresa del sector) y con la colaboración de la Universidad de Alcalá en la que se experimenta con la utilización didáctica de videojuegos que no tienen una concepción didáctica inicial como pueden ser los Simps, NBA live 2007, o Harry Potter y el cáliz de fuego. A partir de ellos, se plantean situaciones educativas sobre el deporte, la familia o las diferencias entre mundos virtuales y reales.
Está claro que la cualidad no está en el material, sino en cómo se utilice. De ahí que efectivamente no desanimemos las reticencias frente al uso de los juegos, porque efectivamente es bueno disponer de ellos en la biblioteca y usarlos, pero hay que saber usarlos y enseñar a hacerlo.
Yo lo encuentro muy interesante. Hasta me gustaría experimentar su utilización didáctica.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo en "que hay que saber usarlos y enseñar a hacerlo".
Todo un reto al que no podemos permanecer de espaldas.
Los tiempos cambian. Nosotros, también.
Sí, estoy de acuerdo con el uso y fomento de los videojuegos en las bibliotecas; ahora bien, tal y como decís, no deben estar al libre albedrío.
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