Esta parece ser una de las conclusiones de un estudio dirigido por la profesora de escritura y retórica, Andrea Lunsford al que llego a través de InternetActu.net . Según ella, los jóvenes escriben más que nunca y como consecuencia practican una habilidad que antes se abandonaba fuera de la escuela. Lo que ocurre es que adaptan su modo de escribir al entorno y especialmente a la audiencia. En consecuencia, la tecnología no empobrece la escritura, sino que la revitaliza y nada puede hacer afirmar que se escriba peor que antes. El estudio se realizó con 189 estudiantes de Stanford basándose en sus redacciones, deberes, entradas de blogs, diarios íntimos, correos electrónicos y sesiones de chat.
El estudio evidencia asimismo que la escritura actual no es una habilidad simple sino que se encuentra inmersa en una revolución alfábetica digital incluida en la literacidad.
A pesar de que no haya motivos para extrapolar los resultados universalmente, sí nos recuerda que las impresiones subjetivas a veces se convierten en tópicos que nadie ha sabido demostrar, entre otras cosas, porque nadie puede afirmar que las juventudes pasadas escribieran bien en su mayoría, ni siquiera que escribieran.
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