sábado, 19 de septiembre de 2009
¿Por qué la educación se resiste a la tecnología?
Fuente de vídeo: Todo ELE 2.o.
No es éste el único vídeo que parte de una idea sencilla: todo parece haber evolucionado, menos la enseñanza. Y ciertamente, si miramos los cambios en la medicina, la ingeniería, la administración...vemos una auténtica revolución, vemos que se realizan de una manera distinta a hace unos años y que sobre todo, esa revolución, ese cambio es fundamentalmente, un cambio tecnológico. Ese cambio tecnológico falta en la educación y no es porque la educación primaria y secundaria se resistan más que cualquier otro sector, porque ese moderno médico, esa ingeniero puntera, ese administrador de complejos sistemas, cuando tiene que dar un curso, lo da también a la manera tradicional y entonces no se preocupa de métodos innovadores de enseñanza, sino sólo de los métodos innovadores de la medicina, la ingeniería o la administración.
La educación es, pues, una superestructura muy resistente y tendente a la estabilidad, al conservadurismo. Los políticos han visto siempre la educación como una forma de enculturación de masas sobre aspectos que no se aprenden en la vida y que generalmente son valores tradicionales o valores que se pretenden inculcar. Casi ha presumido la educación precisamente de estar hecha de espaldas a la calle, de tener como finalidad enseñar lo que no se aprende fuera.
Esta es probablemente una de las causas, pero no la única. La siguiente, a mi modo de ver, es la propia generadora de la educación primaria y secundaria, que es la terciaria, es decir, la universidad. La Universidad, especialmente en España, no ha sabido jugar el papel de dinamizadora de la tecnología educativa: ciertos estudios demuestran que los métodos de enseñanza en la Universidad -si es que existen- son especialmente conservadores y anticuados. Si tenemos en cuenta que nuestros más jóvenes educadores reciben una formación intensamente basada en simples apuntes copiados, no podremos confiar en que después al llegar al mundo laboral, se conviertan en adalides de la tecnología educativa más moderna. Las propias pruebas de acceso al profesorado se hacen con la tecnología más antigua y se basan en escribir a mano sobre papel y hablar. Las pruebas de madurez de la Universidad para acceso de estudiantes igualmente se realizan con las más antiguas técnicas: leer y escribir sobre papel.
¿Cómo se puede ser tan contradictorio y pedir lo que luego parece no servir para nada? La tecnología tan cacareada no debe ser tan importante como para que ni sea mínimo requisito para entrar en la Universidad o para entrar en el profesorado. Podríamos concluir, por tanto, en este punto, que la Administración educativa tradicionalmente en España no ha entendido la introducción de la tecnología con visión de futuro, con una perspectiva adecuada (empezar por la Universidad, en lugar de por la primaria) y es sin duda candidata segunda a la culpabilidad de este desastre.
Pero hay más, naturalmente; el propio profesorado entusiasmado con la tecnología no voy a decir yo que sea culpable también, pero sí iluso en muchos casos. La tecnología educativa es en ciertos aspectos una tecnología aún poco desarrollada y muchos de sus ejemplos han sido retrógrados, como algunos de los presentados como avance denominados libros de texto digitales, que en realidad son más de lo mismo pero en pantalla. No es que sean malos, es que son simplemente lo mismo -anticuados libros de texto-, y por tanto aunque puedan aportar algo, no son precisamente revolucionarios, salvo para la cuenta bancaria del que viva de ellos. Así que la misma tecnología es culpable de no haber sabido adaptarse al medio educativo con rapidez y con eficacia, como lo ha hecho en otros aspectos, como es el caso de la mecanización del campo. Y efectivamente es probable que la "mecanización de la enseñanza" sea más complicada porque estamos hablando de procesos humanos bastante más complejos que una operación quirúrgica, un puente o un cajero automático. Hasta este año no se ha visto que los lectores electrónicos (ereaders) pueden conquistar mercado, y eso ha ocurrido cuando han desarrollado una tecnología suficiente para ofrecer una manejabilidad, usabilidad, lecturabilidad y legibilidad semejantes al papel y superior en algunos aspectos. Existen instrumentos muy útiles para la enseñanza, pero hay que mejorarlos y sobre todo, encontrar su relación con el curriculum, saber extraerles sus beneficios educativos.
Así que una persona que sale de la Universidad sin saber nada de modernos métodos y que aprueba las oposiciones sin tocar una tecla y que da clases en un aula con conexión lenta y al que se le pide terminar un largo temario programado exclusivamente en una sola forma llamada unidad didáctica, probablemente se preocupe más de otras cosas que de adaptar su método de enseñanza a los tiempos que corren. Porque las incoherencias a veces son invisibles: puede que nadie las vea, pero todo el mundo las nota.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sr. Calvillo, con su permiso y tras leer su artículo, me he permitido enlazarlo, dado su interés, en el Foro de la Calleja de las Flores, donde participo en ocasiones.
ResponderEliminarUna vez más, gracias por sus conocimientos y sabias deducciones.
Escuchar, pensar, cambiar...
ResponderEliminarEstas y otras acciones son posibles y, además probables, para gente un poco "ilusa" que pretende inculcar "valores tradicionales" que no se desea que se pierdan y que lo quiere hacer sin estar, del todo, "de espaldas a la calle", a pesar de la distancia generacional que existe con su alumnado. Tarea ardua pero motivadora y también "productiva".
Gracias por estas reflexiones.
Excelente reflexión sobre el estado de la cuestión. Si me permites, me gustaría añadir que el hecho de que el profesorado actualmente constituya un "emigrante digital" frente al alumnado "nativo digital " se esgrime constantemente como argumento de defensa. Pero esta tan manida expresión no ahonda realmente en el hecho de que lo que debe hacer un inmigrante es adaptarse al lugar al que llega,aprender de los nativos, embeber todas las novedades y saber combinarlas con su cultura propia (con ayuda de estructuras sociales que se lo faciliten), eso hará de él o ella una persona más realizada. Cierto que no es fácil...pero no solo se trata de un estado sino de un proceso, de una adaptación, cosa que se olvida constantemente por inseguridades que nos hacen tambalear ante la posible pérdida de poder. Somos enseñantes y nos negamos a ser enseñados , paradoja absurda comparable a la de un médico que no quiere curarse a sí mismo o a la de un abogado que no quiere defenderse a sí mismo....Paradojas, en definitiva.
ResponderEliminarMaite Baena
No estoy seguro de que la educación se resista a la tecnología sea la mejor expresión para entender este tiempo. Al igual que en otros campos, para aceptar determinados avances, es preciso asumirlos previamente para ponerlos en práctica. En la educación ese proceso es lento por naturaleza, y lo que ha venido sucediendo es que los nuevos avances anulaban los anteriores, y eso siempre aumenta los niveles de confusión en la enseñanza.
ResponderEliminarPor ejemplo, hace veinte años, más o menos, los gurús de la tecnología de entonces nos decían que el vídeo sería la revolución en las nuevas didácticas. Incluso decían más: según ellos, el profesorado que no lo asumiese, desaparecería. ¿Y qué pasó? Primero, desapareció el sistema 2000 de Philips, luego el betamax de Sony y, por último, el VHS... Nos quedó la reproducción de vídeo, pero nada de aquellos sistemas que revolucionarían la educación.
Por otro lado, si ahora mismo las nuevas tecnologías van con retraso en la escuela pública es porque son caras, y las autoridades prefirieron invertir en "pan y circo" antes que en esos materiales. Se necesita dinero para estos recursos, y todavía mucho más para formar al profesorado e incentivarlo, como sí han hecho en la sanidad. Pero en la educación y en la justicia, por ejemplo, más bien poco...
Lisístrata: muchas gracias por divulgar esta preocupación que compartimos.
ResponderEliminarMontse: de eso se trata, de que no sean excluyentes los valiosos valores tradicionales y la innovación.
Maite: paradojas, sí, pero reales como la enseñanza misma.
Mario: llevas toda la razón y los cambios rápidos afectan, sin embargo, quien ha seguido la evolución desde el msdos hasta ahora tiene más dominio.
Hola Profesor Calvillo:
ResponderEliminarLlego tras las huellas de Lisìstrata, y mira que es difìcil porque ella no tiene blog.
Pero sè que donde ella va seguro que se aprende, por eso lo hago.
De acuerdo en que hay que aplicar las nuevas tecnologìas en la Educaciòn.
Lo ùnico que me duele es que los niños se pongan ante el odenador y la consola, y no cojan "La isla del tesoro", "El Lazarillo" etc. Èsto sì me duele: y seguro que no lo leeràn tampoco en los libros elèctrònicos.
El menor de mis hijos tiene 11 años. Hace años que le leo en la cama; pero si yo no estoy es difìcil que lea al acostarse.
Me duele que èl no pueda gozar de la lectura como yo lo he hecho y lo hago.
A veces digo, MALDITAS MAQUINITAS, refirièndome a las consolas y ordenadores. Què difìcil es meterles cultura a lo niños con estos artilugios.
Permìtame preguntarle si ya disertò Fernando Savater en la Facultad de Ciencias de la Educaciòn, tal como anunciaba el periòdico hace pocos dìas.
Creo que la conferencia era sobre el valor de educar, tìtulo de un libro suyo que yo leo estos dìas.
Todo sea porque mi pequeño no me salga rana.
Saludos cordiales. Y permìtame extenderlos a Lisìstrata. Gracias
Me alegra q hayas dado con este lugar, Antonio. Te aseguro q siempre aprenderás algo interesante leyendo al Profesor Calvillo.
ResponderEliminarGracias por tu amable recuerdo hacia mi humilde y anónima persona, Antonio. Un saludo cordial para ti y para el profesor y sus lectores-as por extensión.
Antonio,siempre hay mayores víctimas, y si el libro puede serlo, qué me dices de salir a la calle a jugar con los vecinos y amigos. Las "maquinitas" cambiarán muchos hábitos, no sólo literarios. Sin embargo, no podemos pensar que todo es competencia o que por ello la tecnología es una enemiga. La literatura también andará de otra forma (¿por qué consideramos literatura al teatro y no al cine?) y cada vez se levantan más voces a favor de considerar los videojuegos parte del arte (por supuesto, de la cultura). Nuestros hijos deben tener un contacto con la tecnología maduro y culto, como el que pueden darle los padres y madres y el profesorado y por eso, es bueno que el profesorado tenga un dominio suficiente de la tecnología, como para enseñar al alumnado a dominarla y no dejarse dominar por ella.
ResponderEliminarLo que haces con tu hijo creo que es lo mejor que puedes hacer: compartir lecturas. No estaría de más compartir también videojuegos y mp4 o lo que haga falta, porque la presencia adulta siempre pone con tranquilidad sus puntos sobre sus íes.
Es verdad que la sobrestimulación de la tecnología y el mundo actual, casi no nos dejan oír y ver la literatura, pero un ser como nosotros, que somos seres verbales, lingüísticos, ¿cómo va a dejar de ser literario?
Y con padres como tú, probablemente, menos.
De la conferencia de Savater no tenía noticia. Leí hace mucho tiempo el libro y a un profesor le sirve casi como un libro de autoayuda.
Gracias a ti y a Lisis, a la que tanto aprecio le debo. Veo que animáis los sitios por donde pasáis. Comprobarás que no necesita blog, que los demás la necesitamos para sea nuestra querida comentarista oficial.
Sres. Antonio y Profesor Calvillo, sus elogios y benevolencia para con esta humilde y anónima comentarista los acepto con gran honor pero me abruman.
ResponderEliminarEl placer de encontrarles en tertulia es mutuo.
Gracias por su gentileza.
Gracias por esta reflexión tan adecuada a los tiempos que corren...
ResponderEliminarhttp://phobos.xtec.cat/ceipmdremei-alcover/biblioteca