miércoles, 28 de enero de 2009
Un poema de Alfonsina Storni recitado por ella misma
Dicen que la muerte hace más grande a los artistas. Alfonsina Storni fue una grande, y no sólo por su muerte, de cuya realidad y leyenda surgió la eterna canción de Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna, interpretada por cientos de cantantes en versiones de todo tipo.
Sin duda, Mercedes Sosa ha sido una de las más memorables en este canto que recuerda la última gloria de una poeta.
Alfonsina se encontraba enferma de cáncer terminal al final de sus días. EScribe una carta a su hijo y un poema de despedida al diario La Nación, que concluye diciendo: "le dices que no insista, que he salido".
La tradición fijó la leyenda de que fue internándose lentamente en el mar, a pesar de que algunos testigos aseguran que se arrojó desde unas rocas.
Y así desapareció una mujer que vivió con gran decisión y carácter el hecho de serlo, como queda claro en su poema Tú me quieres blanca. Ahora podemos leerlo mientras lo escuchamos de su propia voz, firme, con carácter y con una sorna propia de quien supo dominar su vida...
...y su muerte.
TU ME QUIERES BLANCA
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
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Hola:
ResponderEliminarLeo tu blog desde el 2007, me gusta las entradas que publicas, las cosas que encuentras en la red, las propuestas que haces en torno a la biblioteca y a la educación. Soy maestra de Primaria y este curso estoy trabajando en un centro de profesores de Barakaldo (se llaman berritzegunes aquí).
Quería darte las gracias por poder escuchar la voz de ALfonsina, a quien leía en mi adolescencia con pasión. Ha sido un regalo maravilloso.
Un saludo blogero y sigue así.
Berta
Yo también sentí una gran emoción al encontrar el documento sonoro y me alegra que se aprecie su valor.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Berta.
Llegué, algo tarde pero os debía la respuesta por este post cuando lo has mencionado en mi blog.
ResponderEliminarFelicitaciones por el trabajo que has hecho, y más por encontrar una verdadera "joya" como lo es el documento sonoro...Son pequeñas cosas que no todos conocen, pero que sin dudas deberían tener mucha más repercusión.
Saludos,
Gracias y felicitaciones por vuestro trabajo difundiendo la mejor literatura.
ResponderEliminarMuchas gracias, hacemos lo posible como también vosotros desde aquí y sitios como este son los que hacen falta en la web y merecen conocerse un poco más.
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