domingo, 4 de diciembre de 2011

Jornada sobre autoformación y competencias básicas

El pasado día 28 celebramos la Jornada sobre autoformación y competencias básicas en nuestro Centro del Profesorado con objeto de dar un empuje a los inicios de las actuaciones centrales en esta materia. Las autoformaciones -grupos de trabajo y formaciones en centro- son modalidades en las que los integrantes organizan durante un periodo su formación de una manera digamos que personal, de acuerdo con un proyecto propio aunque autorizado. Sin embargo, muchas de estas autoformaciones no saben cómo enfocar este camino, de dónde partir o cómo organizar su desarrollo. Para ayudar a un punto de partida, organizamos una jornada en la que los contenidos estaban diseñados por los asistentes y no por los organizadores -nosotros y los ponente- como suele ocurrir. Para ello, se abrió un proceso de recogida de demandas formuladas a manera de preguntas que las autoformaciones entregaban a los asesores de referencia. Recogimos más de medio centenar de preguntas de casi una decena de centros y tuvimos que resumirlas o agruparlas en un total de 22. Efectivamente fueron muchas preguntas, pero no queríamos que los centros echaran de menos sus inquietudes en la lista o pensaran que se postponían algunos aspectos.
Los ponentes -Pilar Vázquez y Juan José Caballero- accedieron y participaron en todo momento sin poner la más mínima dificultad, lo cual es muy de agradecer. Fuimos enviando la redacción de la lista de cuestiones que se cerró muy tarde tanto por la premura del acto como porque algunas entregas se retrasaron como suele ocurrir en estos actos con alta participación. Ciertamente, la valentía de los ponentes habla de su solvencia respecto al asunto que tratamos. Pilar Vázquez es orientadora en el EOE de Palma del Río, miembro del equipo Azahara y coautora junto a José Luis Ortega de sendos libros sobre competencias básicas en primaria y secundaria publicados por Wolters Kluwer. Juan José Cabllero es profesor de Educación Física del IES Nuevo Scala, formador del profesorado y uno de los más importantes redactores del documento base sobre competencias básicas de nuestro Centro del Profesorado, un documento sobre el que se han recibido muy buenas críticas y referencias tanto en publicaciones electrónicas como en papel.
Dividimos las cuestiones planteadas en cuatro apartados y como podéis ver -aparte de las conclusiones que cada uno saque- podemos deducir que la formación sobre competencias básicas está aún empezando en unos lugares, mientras que en otros ya está bastante avanzada, como se observa por la especificidad de algunas preguntas frente a la generalidad de otras. Igualmente, se ve que el profesorado -tendencia confirmada por otros claros indicios que todos comprobamos- está muy preocupado en estos momentos por la evaluación, por la metodología y por la programación, en este orden. La preocupación sobre evaluación es la más importante tanto en calidad como en cantidad y aunque muestra un desasosiego comprensible, indica igualmente un avance respecto a asuntos que podríamos considerar secundarios que sin embargo, preocuparon -tal vez en exceso- en tiempos pasados, como el lugar de las competencias en la programación.
La sesión exactamente procedió con una mecánica de panel de expertos en el que ambos respondían a todas las preguntas por turnos -mi aceleración por el tiempo me llevó a saltarme algunos turnos contra lo que me llamaron la atención acertadamente los ponentes-. Al acabar cada bloque de preguntas, mi compañera Pilar Torres o yo, que actuábamos de relatores, hacíamos el resumen rematado por apostillas voluntarias de los cuatro miembros de la mesa antes de abordar el siguiente bloque. Finalizamos con un apresurado turno de preguntas añadidas de los asistentes, en una jornada agotadora de más de tres horas sin descanso.
Estas fueron las preguntas y aunque no puedo relatar las respuestas al completo con sus apostillas, espero que sirvan de punto de reflexión para hacerse una idea del intenso debate y de la situación en que se encuentra buena parte del profesorado.

 CUESTIONES SOBRE COMPETENCIAS BÁSICAS PLANTEADAS POR LOS CENTROS EDUCATIVOS



CARACTERIZACIÓN

  1. ¿Cómo podemos definir conceptual y operativamente las competencias básicas?
  2. ¿Qué es ser digitalmente competente?
  3. ¿Qué hacer cuando la brecha digital entre profesorado y alumnado es demasiado grande?

  1. ¿Cuáles son las obligaciones del profesorado con respecto a la competencia lingüística?¿Debe cada centro establecer unos indicadores comunes?
  2. Un buen nivel de competencia lingüística y digital garantiza un buen nivel de aprendizaje autónomo. ¿Cuáles son las estrategias concretas que podemos incorporar a nuestras tareas en este sentido?


PROGRAMACIÓN

  1. ¿Qué diferencias existen entre objetivos de área, objetivos de etapa y competencias básicas?
  2. ¿Cómo se enuncian y desarrollan las competencias básicas en las programaciones didácticas?
  3. ¿Qué son los descriptores? ¿Se pueden considerar semejantes a los objetivos que usamos habitualmente?
  4. ¿Qué esquema debemos seguir para programar por competencias?¿Por dónde empezamos?



METODOLOGÍA

  1. ¿Qué diferencias existen entre un ejercicio, una actividad y una tarea?
  2. ¿Qué elementos debe tener una tarea debidamente formulada?
  3. ¿Cómo pueden ponerse en práctica las tareas?
  4. ¿Qué vinculación podemos establecer entre las tareas y el trabajo por áreas?
  5. ¿Cómo compaginar el desarrollo del currículo clásico y las competencias?
  6. ¿Qué pasos debemos dar para incorporar las competencias básicas a las unidades didácticas? ¿Cómo puede hacerse esta incorporación?


EVALUACIÓN

  1. ¿Podemos considerar que los indicadores de logro son los criterios de evaluación?
  2. ¿Cómo podemos evaluar las competencias básicas día a día y cuantificarlas?
  3. ¿Tenemos que evaluar desde todas las materias todas las competencias?
  4. ¿Es adecuado asignar un porcentaje a cada competencia en la calificación de cada asignatura?¿Todas las áreas contribuyen a la consecución de cada competencia por igual o se pueden ponderar?
  5. ¿Las mismas actividades desarrollan y evalúan las dos enseñanzas -el currículum clásico y las competencias-?¿Qué ocurre cuando los resultados de las dos evaluaciones se contradicen?
  6. ¿Cómo podemos relacionar las competencias básicas con las calificaciones finales?¿Cómo integrar la evaluación de las competencias con las de las materias?
  7. ¿Existen exámenes en las distintas asignaturas en las que se puedan evaluar las competencias básicas que permitan establecer una calificación para cada una de ellas y una nota final para la asignatura?
  8. ¿Cómo elaborar un procedimiento con sus respectivos instrumentos para establecer unos referentes comunes de logro por etapa y ciclos educativos?
  9. ¿Qué instrumentos son eficaces para el seguimiento de la adquisición de competencias básicas?¿Qué tipo de plantilla de recogida de información pueden proponernos, que sea útil, sin muchísimos ítem inabordables de rellenar?


SÍNTESIS DE LAS RESPUESTAS DE LOS EXPERTOS DEL PANEL

- Las competencias básicas obedecen a una necesidad social de aprendizaje permanente a lo largo de la vida y constituyen una especie de llave maestra para la vida. A veces se olvida su concepto en cuanto se avanza a pesar de que se conozca su definición.
- Ser digitalmente competente consiste fundamentalmente en saber encontrar, seleccionar y utilizar la información para transformala en conocimiento. No debe olvidarse nunca la dimensión actitudinal de esta competencia. Todo el mundo debe ponerse al día constantemente en esta competencia y resulta tan adecuada o más que las otras para el aprendizaje cooperativo y entre pares, como forma de superar brechas.
- En las fases de adquisición de las competencias es bueno partir de un análisis de lo que ya se hace desarrollando instrumentos comunes -indicadores, por ejemplo- que cada uno puede completar o personalizar.
- El curriculum actual confunde en ocasiones, de forma que hasta pudiéramos desear que desaparecieran, por ejemplo, los objetivos. Sin embargo, las competencias básicas están arriba, en lo más alto de la programación y por tanto, someten a los demás elementos del curriculum.
- La programación tiene que seguir su orden normativo común en el que naturalmente los aspectos limítrofes se confunden o parece que lo hacen. Las competencias se enuncian como acciones o demostraciones integradas, los indicadores -extraídos de los criterios de evaluación- relacionan las competencias básicas con el curriculum clásico. Hay que admitir que los descriptores son muy parecidos a los objetivos pero el objetivo se expresa en términos de capacidad mientras que el descriptor lo hace en términos de competencia.
- Podemos definir tarea como una actividad que plantea resolver problemas contextuales reales. La tarea es un conjunto de actividades y lleva siempre a un producto. Deben explicitarse sus elementos: título y finalidad, contexto, secuencia de ejercicios y actividades, metodología e indicadores de evaluación. No debe olvidarse la atención a la diversidad, el trabajo cooperativo y la interdisciplinariedad. Es deseable que las tareas sean integradas aunque no es obligatorio.
- Los indicadores no son exactamente los criterios de evaluación aunque están íntimamente conectados. Los criterios de evaluación constituyen el eslabón entre el curriculum tradicional y el de competencias básicas. Los indicadores son los que gradúan la adquisición de la competencia y lógicamente, hay que escoger dos o tres indicadores para su observación de manera que la evaluación sea operativa. Los instrumentos de evaluación deben ser variados y sobre todo centrados en la evaluación continua. Por ejemplo, el portafolio o el cuaderno. Desde luego no es admisible establecer unos porcentajes fijos que ponderen de manera automática las competencias en cada materia. Todas las materias tienen que evaluar de forma idéntica todas las competencias (lógicamente, si es que abordan su aprendizaje). No es deseable que haya contradicciones entre una y otra evaluación ( de materia y de competencias) y si ocurre evidencia un mal funcionamiento. Con dos o tres indicadores por competencia puede establecerse una evaluación adecuada.

En general, hubo acuerdo sobre la mayoría de los aspectos, salvo, por ejemplo, la identificación de criterios de evaluación e indicadores. Se trataron algunos asuntos más y añadimos algunas opiniones en las apostillas en un asunto imposible de agotar.

La sesión había comenzado por repasar nuestra página web sobre competencias básicas (Educar en competencias) de la que destaqué los siguientes enlaces como fundamentales para dar respuesta  a las inquietudes manifestadas en las preguntas:

- Aportación de las materias a la competencia digital
- Presentación de Boris Mir.
- Manual de autoformación
- Ejemplificaciones de tareas.
- ARA

Además Pilar Torres extrajo unas conclusiones sobre los programas PICBA y COMBAS.


Al fin, concluimos el día probablemente sin resolver las dudas, pero centrándolas hacia una práctica de futuro que dé importancia a la actividad -cómo organizar el aprendizaje de las competencias- frente a la documentación -cómo volver a redactar las antiguas programaciones- teniendo en cuenta que muchas de las dudas no son incompatibles con actuaciones decididas y acertadas.


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