domingo, 10 de octubre de 2010

Decálogo de la comprensión lectora: 10 principios para su enseñanza


La deficiencia en comprensión lectora es una de las quejas principales sobre las competencias de nuestro alumnado. Lamentablemente, no puede aprenderse lo que no se enseña -y no es tan fácil encontrar profesorado que enseñe comprensión lectora directamente-, y si se aprende, se hace de una manera espontánea que como vemos no parece dar buenos resultados. Aunque apresuradamente, en la presentación anterior he resumido la que suele ser mi exposición sobre el asunto allí donde he tenido que hacerla. La versión que pongo es la más resumida, porque realmente hay que ir al grano. Analizo primero las deficiencias según mi opinión y paso posteriormente a proponer el modelo que yo creo correcto.
Aquí voy, además, a resumir la explicación en este decálogo de la enseñanza de la comprensión lectora, que como veréis es a pesar de lo dificultosa que parece de inculcar, muy fácil de plantear (como casi todo en educación):

1. Explícita.

La enseñanza de la comprensión debe basarse primero en convertirla en contenido, no en simple actividad, como hasta ahora suele ocurrir. No basta con usar textos y hacer lecturas, debemos enseñar explícitamente técnicas, destrezas o hábitos de comprensión lectora en nuestra materia y el alumnado debe ser consciente de que está recibiendo esa enseñanza explícitamente durante todo su periplo educativo. Es lamentable que la lectura en ciertos estadios se use, se evalúe, pero no se enseñe.

2. Completa.

La comprensión es muy variada, no es un producto único, sino complejo. Nadie es capaz de saturar jamás la comprensión lectora de ningún texto en ninguna lengua; sin embargo, debemos preparar al alumnado para una comprensión lo más completa posible, es decir, de todos los tipos. Se suele hablar de tres: comprensión literal, inferencial y crítica, pero igualmente podríamos hablar de comprensión local, global, interpretativa y reflexiva, o de cualquier otra clasificación...dejemos los tipos ahora: la cuestión fundamental es que una enseñanza de la comprensión lectora debe presentar al alumnado tareas completas de comprensión que le obliguen a profundizar en el texto desde varios frentes intelectuales y emocionales.
Para una enseñanza completa de la comprensión lectora es fundamental, además, que el profesorado no haga siempre actividades consistentes en descubir el significado único.

3. Variada.

La enseñanza tiende a acomodarse a ciertos textos y ciertos contextos. La comprensión lectora varía sustancialmente según los tipos de texto y de contexto. La educación suele ocuparse excesivamente de los textos que le son más propios (expositivos o argumentativos o literarios, por ejemplo) y expone poco al alumnado a textos de otros tipos y contextos, como los textos del ámbito público, privado o laboral como pueden ser cartas, informes, facturas, folletos o formularios.

4. Estratégica

Sabemos que los lectores expertos usan ciertas estrategias para alcanzar la comprensión y que los malos lectores o no las usan o usan inadecuadas destrezas. No basta con trabajar la comprensión de un texto propuesto -lo que sería mejorar la comprensión de ese texto solamente-, sino que debemos proveer al alumnado de estrategias para comprender los textos que le sirvan para diferentes textos y situaciones. Estrategias tan sencillas como aprender a establecer un resumen adecuado han dejado de ser enseñadas sistemáticamente, lo que supone un empobrecimiento de la educación. Existen además del resumen, multitud de estrategias cuya efectividad se ha demostrado que mejora con la práctica.

5. Común.

Que la comprensión lectora debe ser una enseñanza común y consensuada de todo el profesorado no es una afirmación de amable idealismo propio de nuestro tiempo, es un requisito imprescindible por el problema que solemos conocer como transferencia. El alumnado une las estrategias aprendidas a la materia o al profesor o profesora que se lo enseña pero no realiza la transferencia espontáneamente a los casos en que la necesitaría en otras situaciones. Por otra parte, no basta con un simple acuerdo, debe haber una coordinación en la formación, puesto que pudiera darse el caso de que cada profesor planteara la misma destreza con requisitos opuestos que resultaran en una contradicción flagrante para el alumnado.
Si un centro no tiene cubierta explícitamente esta coordinación, podemos decir que o no tiene realmente un proyecto educativo de centro, o su proyecto es claramente deficiente.

6. Prolongada.

La comprensión lectora se aprende durante toda la vida, y por tanto, se enseña durante toda la vida. Muchas de las enseñanzas superiores aunque no lo digan, consisten en enseñar a comprender textos superiores. No puede plantearse una enseñanza de la comprensión sólo para un ciclo, o para primaria, o para ESO. La enseñanza de la comprensión lectora debe ser explícitamente prolongada desde sus inicios hasta la educación universitaria y superior.

7. Contextualizada.

No debe confiarse la enseñanza de la comprensión lectora a la orientación o a la tutoría. Las destrezas deben aprenderse en sus contextos, no libres de contenido como una simulación. La enseñanza de la comprensión lectora debe enseñarse en el contexto de todas las asignaturas usando sus textos propios y sirviendo a los fines de esa materia.

8. Modelada.

La lectura es una de las actividades que más se aprende por modelos en todas sus facetas. El modelado es una corriente de educación directa que cree que el profesorado debe verbalizar en primera persona en voz alta el transcurso de su pensamiento al afrontar problemas de comprensión. Esta enseñanza testimonial, que pasa después el testigo al propio alumnado, se une a la enseñanza cooperativa y a la educación entre pares, de modo que al "confesar" nuestras formas de comprender en público, establecemos modelos que nos hacen avanzar a todos (profesorado y alumnado) ayudado por todos (alumnado y profesorado).

9. Metacognitiva.

Este conocimiento autorreflexivo de nuestra propia manera de leer es fundamental para mejorar. Se habla mucho de pruebas de diagnóstico, pero el primero que debe hacer un diagnóstico es el propio alumno, él es el que debe darse cuenta de lo que le pasa porque sólo así podrá aplicar fórmulas de mejora y apreciar su efectividad. Desarrollar la capacidad metacognitiva del alumnado es imprescindible para que él sea el protagonista del aprendizaje lector.

10. Motivadora.

Motivadora quiere decir motivadora, no lúdica, ni divertida. Muchos de los problemas de comprensión derivan del mal autoconcepto del alumnado, sólo si planteamos actividades en las que puedan tener éxito, podremos conseguir motivación hacia un nuevo autoconcepto. En ocasiones se plantean actividades más para evaluar su comprensión que para enseñársela y esas pruebas naturalmente ofrecen resultados desastrsoso en ocasiones, que desmotivan notablemente. La enseñanza de la comprensión debe adaptarse escrupulosamente a la zona de desarrollo próximo del alumnado para poder ser motivadora.

Creo firmemente en este decálogo y creo igualmente que no supone una tarea titánica e insuperable: plantea actuaciones accesibles para todos los centros educativos. Lógicamente, no son los únicos principios, pero creo que sí los fundamentales, a pesar de que acompañarlos con otras medidas como la implicación de padres y madres, el fomento de la lectura y su visibilidad, ayudaría sin duda.

5 comentarios:

  1. Unas reflexiones necesarias y esclarecedoras. Sin embargo, resulta descorazonador comprobar el poco calado que tiene la reflexión metalectora en el gremio docente.

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  2. Agradecido por el interesante artículo. De un profe preocupado por un tema -¡el tema!- fundamental en la educación, que dedica horas -dentro y fuera del aula- a la comprensión lectora, una de las llaves del conocimiento, del aprendizaje. Gracias

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  3. Es verdad, Antonio, que cala poco, ni en la Administración cala, que sigue más deslumbrada por medidas efectistas como los ordenadores o las pizarras digitales. El principal problema sigue siendo la formación del profesorado. Todos están de acuerdo en la importancia de la comprensión, pero pocos sabrían cómo meterle mano. Y lo peor de todo es que hablamos de un proceso que necesita además mucho tiempo y un empeño generalizado. Estoy seguro de que algún día se empezará definitivamente, sin embargo, aún llega profesorado novel cuya formación en lectura es nula, porque no parece una formación imprescindible para nuestra profesión.
    No he salido de mi asombro -después de pedirlo siempre- que este año aparezca por fin en la normativa para el profesorado en prácticas en Andalucía algunas horas dedicadas a formación en la lectura y la biblioteca escolar (otro pasito en este caminar lento).
    Carlos, cuánta razón en tus palabras. Esa antonomasia de "el tema" es de lo más elocuente. Y tu ejemplo, igualmente: hay que dedicar horas, y no son horas perdidas, no podemos considerar perdidas las horas que dediquemos a la comprensión lectora. La cuestión sería ¿es tu esfuerzo personal suficiente para sostener solo este edificio, para levantarlo algo al menos? La respuesta es: no, no resulta suficiente, sino heroico. Y debería ser un esfuerzo ordinario, porque si todos hicieran por la lectura un esfuerzo ordinario, el resultado sería extraordinario.
    Gracias a los dos.

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    1. Miguel, te escribo desde México, tienes toda la razón. Las autoridades escolares y políticas apuestan más por usar herramientas sofisticadas que por preparar como lectores competentes a su profesorado. Concuerdo contigo en todo !!!

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  4. Considero también que la motivación no consiste en seleccionar textos "divertidos". La dimensión lúdica se ha de entender en su justa medida. La motivación va más ligada al hecho de ser consciente de pequeños logros y sentir ciertas satisfacciones, hecho que no se da si todo se centra en una evaluación que no indica cuáles son las pistas que ayudan a avanzar poco a poco.

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