miércoles, 15 de julio de 2009

Décimo resumen general de tonterías varias

Vamos a echar la casa por la ventana, digo: el blog por la pantalla, que estamos nada más y nada menos que en el décimo resumen general de tonterías varias: dos años haciéndolos y lo que ha dado de sí. Vente con nosotros. ¡Allá vamos!

Lo primero que hay que hacer al salir a la calle es elegir un buen libro y protegerlo. A prueba de transporte público están estos forros -un poco obreros o con aspecto de mercado eso sí, pero tan decentes-.


Y si eres más pijo tienes forros de tela, con cremallera y bien protegidos (para que no sepan lo que lees).



Y tú me dirás cómo mantener en el metro el libro abierto mientras custodias las demás cosas. Pues con lo nunca visto. Hemos visto abrecartas, abridores (de cerveza, naturalmente), abrelatas, pero nunca habíamos visto el abridor de libros, el abrelibros, artefacto indispensable para el bebedor de letras, para el devorador de libros, ¡qué buenos caletres tiene la humanidad!


Claro que luego se te cierra y pasa lo que pasa, el pobre marcapáginas todo espachurrado.



Gajes del oficio. Además: ninguna imagen mejor que esta como para decir que quedaste atrapado en sus páginas.

Así, bien cerrado, como estos bolsos literales: ¿quién ha dicho que la prensa en papel ha muerto?



Los bolsos lo mismo simulan un periódico con noticia del último asesinato

Que semejan los grandes libros de éxito.


Fuente: Fluctuat

Y siempre queda la posibilidad de escribirlo tú misma: el bolso teclado.


Incluso si no quieres desprenderte de tus bolsos libro o bolsos periódico, el mejor periférico es sin duda el pantalón teclado. Vamos, que cuando salgan los zapatos pantalla, te pones con las piernas en la mesa y a escribir se ha dicho.


Cualquier sistema es bueno para los fanáticos de la escritura. ¿A qué no saben por qué se llaman sellos algunos anillos? Pues está claro. Vean, vean.


Puede decir cosas dulces como esta: "te echo de menos al segundo de irte". Pero también podría decir "olvídame, imbécil" para ponérselo en la frente. (Hasta estoy pensando en la versión puño americano, pero quita, quita, que nos estamos poniendo muy violentos y lo nuestro es lo políticamente correcto, como este sello, donde ya tienes la frase hipócrita correspondiente y sólo debes señalarla -cuidado, no te equivoques, que mucha gente no se creará aquello de que pusiste navidad porque es el cumpleaños de Jesús-).


El que no escribe es porque no quiere, porque mira que damos facilidades. Fíjate que buen papel digital: si solamente hay que hacer unas rayitas.


Pero es cierto, hay gente a la que no le gusta escribir en cualquier parte. Unos prefieren escribir con los grandes, como en estos cuadernos donde ya vienen manuscritos textos de famosos autores.


Y si no es con los grandes, pues a lo grande: que escribir en las paredes siempre fue frustración infantil.



Y claro, con estos cuadernos pues puedes hacer tus grafitis incluso sin salir del vagón de metro. ¡Qué chulo, eh! Para gamberros civilizados.


Uno no tiene tiempo de parar con esta vida acelerada. Vale, lo reconocemos, a veces manchamos los apuntes y hasta el periódico con el desayuno.
Se acabó, no más manchas de café en los escritos: pongamos los escritos en las propias tazas de café, y asunto arreglado. Sorprendente solución al alcance de tu mano (¿lo pillas? Al...alcance..alcance...de tu mano...la taza...el asa...la mano...¿no?)



Escribir, escribir, siempre escribir, hasta después de muerto y todo. Por fin existe la verdadera obra póstuma: lápices hechos con la cremación del cadáver, lápices para regalar a tus herederos (qué detalle más negro: nombre del finado en letras doradas, fecha de nacimiento y muerte incluidos en el precio).


¡Qué gran invento la escritura! Ya ves qué bien para el jabón de la bañera, porque a ver cómo vamos a distinguir la parte de delante o de detrás si no fuera porque viene escrito. Para que no te laves la cara con el lado del cucu.


Sí, señor, gran invento las letras. Letras que dan cobijo a tiernos pájaros que anidan en sus curvas.


Fuente: Mira y calla

Letras que nos sirven para mantener las cosas ordenadas en nuestros armarios.(Vaya con la Z, no me caben todos los zapatos).


Fácil el invento de las letras, porque total las cosas ya dicen lo que son. Las puertas cómo se van a llamar, pues puertas; las mesas, mesas; y las sillas, sillas. Mira, mira, que es verdad, que una silla es una silla, ella misma lo dice, y si está en Inglaterra pues dice chair.




Claro que sí, que las cosas ya lo dicen. Porque irremedidablemente toda la literatura en el fondo es oral, y los libros derivan de la lengua hablada. Fíjate qué bien lo recuerda esta estantería de cómic.


Fuente: Isopixel


Pero no puedes estar repitiendo todo el día las frases. Y por eso surgió la escritura, para decir las cosas cuando tienes otras cosas que decir (con la boca). Ya ahora pues también hay inventos más modernos, como este brazalete que reproduce las ondas acústicas de una frase para llevarla todo el día encima.


Sí, muy moderno y seguramente caro, pero siempre hay formas de ahorrar. Inventiva, muchachos. Con estas manitas y unas tijeritas, brazalete que te crió.


Las manualidades son sin duda una de las mejores muestras de inventiva humana. Fíjete estas esculturas hechas con rollos de papel higiénico. Si te pones después de leer, hasta te puedes hacer tu teatrillo para entretenerte en el cuarto de baño.


Fuente: Isopixel

Porque algunos parece que se entretienen bastante en el váter. Mira qué novela escrita en papel higiénico dicen que se ha convertido en best-seller en Japón. Claro que ellos como son orientales es que saben leer hasta con el tercer ojo.


Yo no sé por qué tanto mezclar las cosas. Cada cosa en su sitio: el rollo de papel en su sitio y las revistas en el suyo. Ya está.


Y como buenos españoles, a leer sentados, y si puede ser tumbados, mejor; por ejemplo, en estas tumbonas de Agatha Christie.


Fuente: Penguin


Se levanta uno con los ojos medio pegados. Va a la estantería donde todo está desordenado (típica librería española, menos mal que esta lo pone bonito y la llama estantería "árbol de la sabiduría")



Y con cuidado de a ver dónde ponemos la mano en esta estantería humana.


Fuente: Bookshelf

Cogemos el libro y le quitamos el polvo que el tiempo le ha echado (el pie del marquito de fotos tiene guasa, eh).

Porque si de verdad queremos quitarle el polvo, que no nos falten artefactos de limpieza, como este libro escoba.


Fuente: La Feuille

Para barrer todo, menos los libros, nuestros queridos libros, que a pesar de lo que digan algunos, gozan de una extraordinaria salud. Y mira, mira...



se tira de la cuerdecita y...los libros sacan pecho.


Ole ahí el librobrá, para que la lectura gane delantera.

¡Hasta otra, queridos nosololectores!

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