lunes, 16 de noviembre de 2009

Conciertos en directo en el Congreso Leer.es

En los corrillos es cierto que algunos comentaban por lo bajini que las intervenciones les estaban decepcionando. Aunque las razones son variadas y algunas de ellas ya las mencioné, me dentendré en una muy importante: es lo mismo de siempre, cuánto se repiten.
Particularmente, si a alguien podría aplicársele esta objeción es a Daniel Cassany. Y esto, naturalmente por sus propios méritos -dicho sea desaprobando cualquier interpretación irónica-. Cassany ha sido y es un profesional tan admirado, tan reclamado, que sería casi extraordinario que no se repitiera. Nuestro error está en no comprender que se trata de cantantes que actúan en directo, y que la música es esencialmente reptición. Hemos asistido no a un Congreso sino a las actuaciones en directo de sus conciertos, a los que sin duda han estado invitados los cantantes más famosos del momento. Hemos tenido rock, copla y hasta tango. Y como conciertos, hemos encontrado las mismas ideas e incluso los mismos ejemplos de hace un año y hasta dos, y hasta más quizás. Los inolvidables temas de Cassany nos siguen emocionando: "Tú me quieres sociocultural", "Agua de Valencia", "Reléeme otra vez", "Los muñequitos lectores", "En tu queja o en la mía"... Algunos le pidieron "Se ponchan llantas" pero no hubo tiempo.
Y en las mesas, el remix, actuaron Dj Solé, Dj Lluch, Dj Martín, Dj Vidal-Abarca y el no menos genial Dj Zayas. Reventaron los vinilos como se esperaba de ellos. Lástima que no se nos ocurriera ni hacer la ola.
Claro que en los conciertos se repiten canciones, pero en otro orden, en otras versiones, incluso de otros cantantes. Si no fuera porque parecería que yo me quiero comparar, diría que a mí me pasa lo mismo y hace tiempo que solo me repito, pero no se me ocurrirá ponerlo. Interesante es pensar en ello, en la espectacularización de las humanidades y su enseñanza, una forma de difundir el conocimiento que no deja de ser no ya repetitiva sino reduccionista, que apenas plantea las cosas oralmente y que se basa en un lenguaje escrito poco desarrollado: el pogüerpoin. La formación se hace rápida (llamémosla fast learning)en nuestros tiempos y sea como sea la ternera, no deja de parecer una hamburguesa.
Podrá haber gente a la que el Congreso no les haya decepcionado. Lógicamente, esto puede suceder si no has leído nada de lo que han publicado los ponentes, si no te has interesado vivamente por estos temas o si es la primera vez que te planteas algunas cuestiones. Así que enhorabuena por esta decepción de algunos que evidencia cómo la formación sobre lectura y escritura no estaba tan mal, al menos entre los asistentes.
Estos congresos son celebraciones, actos de reafirmación, más emocionales que racionales, dan más razones para seguir trabajando que recursos para hacerlo. Y sirven como sirven los conciertos en directo, los festivales de música, para escuchar a quienes admiras, para que tus personajes se conviertan en personas. Ha sido, pues, un estupendo festival nacional de la lectura. Echamos de menos alguna cantante extranjera, alguna estrella foránea en este maravilloso festival de andar por casa.

3 comentarios:

  1. ¿ Existen realmente novedades en torno a este tema? Yo he leído a Cassany en relación con este tema, y si dice lo mismo, sería hora ya de que cambiase la perspectiva. O, al menos, a mí me lo parece. Espero no herir sensibilidades.

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  2. Cassany es atinado en sus juicios y muy certero en sus propuestas. Digo yo que si sigue diciendo lo mismo es que no hemos avanzado en la aplicación de los métodos que propone. Salta a la vista que los resultados sobre la lectura son mejorables, por ello nos repiten la lección tantas veces.
    Aunque visto como lo presenta Miguel, me dan ganas de reescuchar los temas por aquello de que no estuve en el directo.

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  3. José María: no creo que la cosa pueda herir. De hecho existen teorías generales sobre por qué es imposible escuchar algo nuevo en cualquier congreso. Así que el fenómeno es largamente conocido y los participantes en este no van a creerse una excepción.
    La enseñanza, de hecho, es consustancial con la repetición. Aunque naturalmente a todos nos gusta como literatos una nueva fermosa cobertura, por aquello de que el primero que comparó los labios con una rosa era un genio, y el último, un imbécil.
    Lu, nos das una perspectiva completamente cierta. Sin embargo, ya que no lo consiguió con las mismas diapositivas, no estaría de más que pusiera otras nuevas para poder conseguirlo.
    Otra de las cosas que se desprende de un análisis de las repeticiones es que no todas son iguales.
    Primero, no es lo mismo una conferencia que una mesa, y segundo, no fueron del mismo tipo las que pudo hacer Emilio Sánchez que las que hizo Daniel Cassany. El primero claro que dijo cosas que yo ya le he leído -no me importaría que las repitiera mil veces porque efectivamente no parecen hacerle caso en algunas de sus acertadas propuestas-, claro que se repitió, pero fue por sustentar una serie de argumentos en favor de una tesis totalmente refinada para la ocasión. En el caso de Cassany, no es que dijera lo mismo, es que usó las mismas diapositivas, comentaban algunos.
    Para no alargarme, sólo añadiré que estas apreciaciones son algo paradójicas, ya que sin releer hay poca comprensión y menos aprendizaje. A mí me molesta que las exposiciones acaben con el fin de la presentación, cuando lo que se debería hacer es volverla a ver para comprenderla de verdad.
    Las ideas de los textos no pasan completamente al receptor, sino que lo hacen en modo de resumen, de forma que para poder conseguir que una idea se expanda, hay que repetirla multitud de veces para que sobreviva en el resumen y llegue al mayor número o calidad de receptores.
    Todo ello no invalida que los famosos apuntes amarillentos de algunos académicos no transmitan una imagen de poca sabiduría o poco aprecio por el auditorio.

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