Afortunadamente el ritmo de cursos va disminuyendo y próximamente tendré mi primera semana sin ninguna intervención desde octubre pasado, lo que supone un notable alivio. A partir de unos días la mayor parte de las intervenciones han sido repetición de otras, con pocas novedades, salvo iniciar algunas intervenciones sobre bibliotecas escolares y sesiones para el profesorado en prácticas.
Para las bibliotecas, averigüé tres bolsos grandes atestados (pretendía enseñar cosas materiales, más que simples directrices): libros manuscritos, autoediciones artesanas de los alumnos, novelas y biografías del alumnado, libros visuales de préstamo colectivo, libros colectivos, nuestras publicaciones (cuaderno de poesía, revistas, boletines, folletos de espectáculos literarios), libros recomendados para los chavales y libros recomendados para bibliotecarios... Y con todo ello hicimos un repaso a algunas de las acciones fundamentales. Comenzamos en el IES Luis de Góngora donde han conseguido reunir un grupo de más de veinte personas interesadas en la biblioteca escolar, capitaneadas por el entusiasmo de Maribel.
En las sesiones de prácticas, me decidí por rehuir de recursos en internet, eso de las páginas útiles con actividades es cierto, pero también es cierto que es la actividad más común de búsqueda del profesorado, además de que ya habían recogido recursos en la moodle del curso de profesorado en prácticas. Lo que yo intenté mostrar fueron aplicaciones web útiles para la clase de lengua, introducirlas brevemente, destacar su posible uso y practicarlas aunque con verdadera prisa.
Vimos marcadores sociales, autoeditores, ofimática externa colaborativa, buscadores personalizados y edición web (alguna cosa más que no recuerdo). Terminamos al final de la última sesión con este blog en el que cada cual presentó su autor preferido en poco más de media hora.
Todas estas utilidades constituyen herramientas básicas del dominio web, sin embargo, salvo que un profesor las enseñe en su asignatura, el alumnado no llega a conocerlas. Aquel que las use, conseguirá sus beneficios, pero también sus perjuicios, dado que enseñarlas por primerza vez lleva mucho tiempo. Si estas utilidades se enseñaran a todo el alumnado a partir de cierta edad, los beneficios serían como los de aprender a mecanografiar: al principio muy lento, un engorro, al final un alivio y una satisfacción. En ocasiones, el alumnado llega a las aulas TIC por primera vez, edita en la web algo por primera vez o usa grabación de audio por primera vez ya muy mayor, si es que lo hace, y otras veces sólo lo hace una sola vez: aquella en la que les tocó con cierto profesor o profesora. Ciertas utilidades y aplicaciones deberían enseñarse pronto con objeto de que la maduración supusiera un dominio completo de la herramienta y el alumnado pudiera centrarse en los aspectos menos instrumentales de lo que está aprendiendo.
Ajetreado te veo. Tienes razón en lo último: hay herramientas cuyo uso no deberíamos posponer. Es difícil saber cuáles quedarán después de la vorágine 2.0, pero no creo que desaparezcan los marcadores sociales (favoritos en red), la ofimática on-line ni la publicación en sitios colaborativos (wikis, blogs, redes sociales). Es probable que aparezca algo más, pero ya me daría con un canto en los dientes si mis alumnos manejasen estas que he citado.
ResponderEliminarUn saludo.
Y tanto, Antonio, y tanto. Estoy de acuerdo.
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